Hablando de homeopatía

IV Encuentro Internacional de CEDH en Praga:

El pasado noviembre, más de cuatrocientos médicos de 16 países disfrutamos de un encuentro profesional en la ciudad de Praga.  En común, que todos éramos médicos formados en el Centro de Enseñanza y Desarrollo de la Homeopatía (CEDH) y que tenemos un interés específico en ampliar y mejorar el uso de la homeopatía en el paciente infantil. Es justo agradecer a los Laboratorios Boiron su apoyo para hacer posible esta reunión científica.

Como en anteriores ediciones, acudimos ilusionados por los dos objetivos que se plantearon: en primer lugar el conocimiento de tipo científico, el intercambio de información que podríamos utilizar mañana en nuestras consultas; el segundo fue el aspecto humano del encuentro con nuestros colegas para compartir inquietudes e intereses.

En reuniones importantes como ésta, no deja de maravillarme la generosidad de los ponentes y participantes a la hora de intercambiar información y experiencia, que es lo que nos permite crecer y que otros crezcan con nosotros. Como telón de fondo, el deseo de que la homeopatía clínica (basada en la exploración rigurosa y ejercida de forma integrada con el resto de posibilidades de la medicina) se desarrolle en los diferentes países y constituya una herramienta con la que ayudar mejor a más personas.

La información no deja de fluir en todos los espacios y momentos: durante las exposiciones de los ponentes, en la ronda de preguntas y comentarios que le sigue, y tanto en sala como en los pasillos mientras tomamos café o refrigerios: ¿quién necesita un minuto de descanso con tanto aún por aprender?

Las conferencias trataron temas variados: el papel de la homeopatía en enfermedades infantiles graves como el Crohn en el niño, enriquecer la manera de usar los principios activos a base de Pulsatilla a través de casos clínicos, abordaje del dolor postquirúrgico tras una amigdalectomía, etc.

Hubo también dos grandes coloquios estructurados en mesas:

Sobre neuropsiquiatría la primera, donde se presentaron dos conferencias sobre las posibilidades de tratamiento del autismo (una tunecina y otra norteamericana), una sobre la integración de un acompañamiento homeopático y psicoterapéutico al niño con cáncer, y pudimos actualizarnos sobre el síndrome de hiperactividad y los tics. Se habló también de la contribución de la homeopatía para el niño con parálisis cerebral.

La segunda mesa, sobre problemas de origen inmune: síndrome dermorespiratorio, asma (inflamación inmunoalérgica) y su valoración por una novedosa técnica de medición de la temperatura del aire exhalado (recién publicado), y un completo repaso de la intolerancia a la histamina que nos sorprendió por los resultados tanto clínicos (mejoría de los pacientes) como analíticos que se presentaron comparando pacientes con y sin tratamiento homeopático.

Todo esto con respecto a las ponencias plenarias, pero pudimos además disfrutar de veinte conferencias fruto de las aportaciones de los participantes al debate, con temas tan diversos como estomatología, adenoiditis, crup, patología asociada al crecimiento, vacunación, acné o parálisis facial (esta última presentada por un ponente español, nuestro compañero el Dr. Modesto Roca).

Como veis, una visión amplísima y variadísima de temas que tocamos a diario en la consulta, una reunión de la que nos llevamos una maleta llena de respuestas, de nuevos conocimientos y de ideas que podremos aplicar para patologías que antes no tratábamos y para las que hemos podido ver una vía más de abordaje para ayudar a nuestros pacientes.

¡Y cómo no! el otro aspecto que siempre ilusiona, el contacto con mis compañeros, tanto del grupo español, ahora completado con nuevos médicos que se han animado a acudir junto a los veteranos, como los colegas de otros países con los que coincides sólo de forma esporádica y con los que es tan agradable hablar de cómo les va y de cómo solucionan tal o cual caso. Y cómo no, un ratito para disfrutar del poquito de turismo que pudimos hacer visitando la parte antigua de Praga: una ciudad muy acogedora, muy al estilo centroeuropeo, que invita a pasear, a descubrir mil pequeños detalles, plazas y fachadas decoradas y por supuesto su famoso Reloj Astronómico. Sus palacios y sus múltiples museos se quedaron para una próxima visita, una que dedique sólo a conocer la ciudad.

Con un poquito de pena y un voluminoso bagaje después de tres días intensos, sintiéndome agradecido por esta oportunidad, volví a casa y al trabajo diario, a ordenar recuerdos preciosos y a poner en orden toda la información recibida con el fin de poder ponerla en práctica rápidamente.

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