Doctor examining patient's throat at clinic

Tratar las enfermedades de los ganglios linfáticos con homeopatía

Del mismo modo que existe una circulación sanguínea (arterial o venosa), existe una circulación menos conocida, la circulación linfática, de la que los ganglios linfáticos forman una parte importante.

En este artículo vamos a ver qué es la circulación linfática y sus estructuras centrándonos sobre todo en los ganglios linfáticos, que función cumple en nuestro organismo y que papel pueden jugar los medicamentos homeopáticos en las patologías que pueden afectarla.

Qué es el sistema linfático

El sistema linfático es una red de órganos – el timo, la médula ósea, el bazo, las amígdalas, el apéndice y las placas de Peyer del intestino delgado –, ganglios linfáticos, vasos linfáticos y dos conductos colectores.

Este “red linfática”, transporta el líquido llamado linfa desde los tejidos de todo el cuerpo y la lleva al sistema circulatorio venoso a través de dos conductos colectores. Casi todos los vasos linfáticos tienen válvulas como las venas para que la circulación sea en un solo sentido. 

Del mismo modo que todos conocemos más o menos que es la sangre y cuál es su función en nuestro organismo, la linfa es mucho menos conocida pero no por eso menos importante y debemos conocerla.

La linfa es un líquido acuoso, claro, ligeramente blanquecino o amarillento (cuando está cargado de grasa) que recorre los vasos linfáticos. 

Su composición es de un 90% de agua y el resto son proteínas, minerales, grasas, células muertas, bacterias, glóbulos blancos (particularmente linfocitos), una pequeña proporción de glóbulos rojos, células dañadas y células cancerosas si es el caso.

Las funciones principales del sistema linfático son tres:

  • Absorber el quilo, fluido formado en el intestino con gran contenido de grasas y algunas proteínas.
  • Transportar y remover residuos y células “defectuosas” del organismo.
  • Formar parte muy importante del sistema inmunológico, produciendo y liberando glóbulos blancos y otras células de defensa que combaten bacterias, virus, parásitos y hongos.

La linfa se produce por el exceso de líquidos que no pueden absorber los capilares sanguíneos y sale al espacio entre las células siendo recogida por los capilares linfáticos que la llevan a vasos linfáticos de más calibre, hasta converger en conductos que la vacían en las venas subclavias a cada lado de la parte alta del tronco, debajo de las clavículas.

Qué son los ganglios linfáticos

Como he comentado, una parte importante del sistema linfático la constituyen los ganglios linfáticos.

Se trata de unas pequeñas estructuras del tamaño de una habichuela o frijol pequeño que se encuentran repartidas por todo el cuerpo de manera estratégica, algunos en mayor número se sitúan bajo la piel del cuello, en las axilas y en las ingles y pueden palparse en personas sanas. Otros ganglios se encuentran en el interior del cuerpo.

Toda la linfa pasa por ellos actuando como puntos de recogida y su misión es filtrar esa linfa, y al contener glóbulos blancos especializados (linfocitos y macrófagos), destruir esas células dañadas o cancerosas de las que he hablado antes, también microorganismos infecciosos y partículas extrañas con el fin de evitar la difusión de células cancerosas e infecciones.

Ocurre a veces, que esos microorganismo o células cancerosas son tan abundantes, que los ganglios linfáticos se inflaman intentando hacer su trabajo. Es lo que en medicina conocemos como linfadenopatía. También los microorganismos infecciosos pueden también producir una infección en el mismo ganglio linfático (linfadenitis).

La palpación de los ganglios linfáticos es parte habitual de las consultas médicas.

Porque se inflaman los ganglios linfáticos

Por experiencia conozco la alarma que produce en los pacientes el notar “un ganglio inflamado”.  Es sincero reconocer que somos propensos a pensar siempre en lo peor. Por eso y aunque el cáncer puede propagarse por el sistema linfático para comenzaremos despejando dudas:

Uno más ganglios linfáticos inflamados no son necesariamente un cáncer. Lo más habitual es que no sea así.

Las causas más frecuentes de inflamación de los ganglios suelen ser las infecciones más o menos localizadas, fundamentalmente infecciones respiratorias, pero también cuando se infectan los tejidos cercanos a ellos.

A veces incluso la infección se produce en el mismo ganglio linfático y hablamos entonces de adenoflemón

También es cierto que, aunque mucho más infrecuente, en ocasiones se trata de infecciones más importantes.

Tampoco es infrecuente que los médicos no encontremos un foco infeccioso que justifique la inflamación y una simple vigilancia bastará en general para verla desaparecer.

Como hemos visto, una de las funciones de los ganglios linfáticos es atacar y destruir células deterioradas o cancerosas. Por eso, aunque proporcionalmente es un número muy pequeño de pacientes, en alrededor del 1% podemos encontrar los ganglios linfáticos inflamados en situaciones de cáncer.

Por hacer un símil, todo sistema de tuberías puede obstruirse y lo mismo puede ocurrir con el sistema linfático.

En ese sentido, una intervención quirúrgica que dañe o elimine alguna parte del sistema, las cicatrices de una cirugía, la radioterapia o algunos parásitos como la filaria, pueden producir una obstrucción en cualquier parte del circuito que dará lugar a un edema linfático (linfedema).  

En cualquier caso, siempre que nos toquemos un ganglio linfático duro, de unos 2 cm o más, que supure, se acompañe de una pérdida de peso inexplicable o una fiebre prolongada que no cede, deberemos consultar con el médico, sobre todo si tenemos alguna enfermedad infecciosa de base. El médico podría indicar una biopsia del ganglio linfático.

Tratar con homeopatía los ganglios linfáticos

Los medicamentos homeopáticos, indicados siempre por un médico especialista en homeopatía, pueden ayudar a resolver múltiples situaciones que afectan a las estructuras del sistema linfático.

Las causas de tipo infeccioso, de repetición de esas infecciones o las que afectan al propio ganglio linfático, pueden ser colaborar a mejorar o hacer desaparecer esos padecimientos.

En el caso de existir un cáncer, la homeopatía puede complementar con eficacia al tratamiento convencional necesario.

Medicamentos homeopáticos como THUYA, BARYTA CARBONICA, ESCROFULARIA, SILICEA o HEPAR SULFUR, CALCAREA CARBONICA, YODUM o AGRAPHIS NUTANS son ejemplo de distintas posibilidades terapéuticas, que bien indicados deben tenerse en cuenta ante las enfermedades del sistema linfático.

Ante la duda, siempre nos queda consultar con profesional médico que despeje nuestras dudas e incertidumbres y nos prescriba un tratamiento si lo precisamos.

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