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Homeopatía para tratar el Miedo : Glosofobia y Agorafobia

Como nos cuenta el Dr. Fernández Quiroga en su post sobre el miedo, mente y cuerpo están íntimamente ligadas y ya existen estudios que relacionan las emociones con el sistema nervioso, sistema inmune, sistema endocrino y hormonas. De hecho, incluso se ha desarrollado una disciplina específica para abordar esta realidad médica y biológica, la psiconeuroendocrinoinmunología.

Mucho antes de que el concepto de la psiconeuroendocrinoinmunología comenzara a ser tan siquiera una idea, la homeopatía ya tenía en cuenta estas relaciones al considerar al ser humano desde su globalidad. Una globalidad que no solo atendía a lo emocional, mental y biológico, sino que también tenía en cuenta su relación con su entorno ambiental y social. La homeopatía siempre ha sido una terapéutica biopsicosocial, ahora que este concepto está también tan en boga como sinónimo de medicina de calidad.

El miedo es un gran ejemplo de la importancia que tiene esta visión integrativa de la persona a la hora de intentar ayudarla a recuperar su equilibrio vital.

¿Qué es el miedo?

El miedo, como también señala el Dr. Basauri en este otro post,  es una de las emociones más intensas que podemos sentir. Es un sentimiento directamente conectado con la supervivencia y, en situaciones de peligro o que consideramos arriesgadas, nos mantiene en máxima alerta, mejorando las expectativas de salir airosos de la situación. El miedo genera respuestas instintivas de huida o defensa muy beneficiosas en determinados momentos.

Sin embargo, cuando el miedo crea respuestas de bloqueo emocional, cuando nos paraliza, o cuando nos agita hasta el descontrol, cuando se instala como un sentimiento crónico que perturba nuestra relación natural con la vida, el miedo pasa de ser un sentimiento positivo de autoprotección a ser un lastre fuente de sufrimiento e, incluso, origen de enfermedades y síntomas físicos.

En estas situaciones es el momento de abordar el miedo desde un punto de vista terapéutico y, en este sentido, la psicoterapia y la homeopatía puede resultar un tándem de inestimable eficacia y seguridad, libre de los potenciales efectos adversos de otros tratamientos farmacológicos más convencionales.

Además, los medicamentos homeopáticos no “anestesian” emocionalmente a la persona sino que actúan mejorando su capacidad de adaptación mental, emocional y física para poder así comprender y superar mejor sus problemas y limitaciones.

Vamos a ver algunos de los miedos más comunes y cómo puede la homeopatía ayudar a tratarlos.

Glosofobia

La glosofobia o el miedo a hablar en público es uno de los miedos más frecuentes pues se estima que puede afectar hasta a un 75% de la población.. Sin embargo, cuando hablamos de glosofobia nos referimos ya a un miedo intenso, persistente y desproporcionado a hablar en público, que la Asociación Americana de Psiquiatría reconoce como un trastorno específico de ansiedad social.

Causas de la glosofobia

Las causas de esta afección suelen estar relacionadas con experiencias pasadas negativas traumáticas, con creencias negativas sobre uno mismo o sobre el entorno o con dificultades con el lenguaje, tales como los problemas de pronunciación.

Sin embargo, como señala el Dr. Fernández Quiroga en base a su experiencia, es probable que tengan más peso las “soluciones intentadas” que la razón inicial en la cronificación de la afección. Es decir, más allá del trauma inicial, el intentar evitar permanentemente las situaciones de exposición parece ser la fórmula más eficaz para generar una verdadera glosofobia.

Síntomas de la glosofobia

Los síntomas asociados a esta fobia pueden manifestarse en forma de síntomas físicos, como respiración acelerada, taquicardia, sudoración, temblores, mareos, visión borrosa, molestias gastrointestinales, sensación de ahogo, confusión, etc. y también conductuales como torpeza en los movimientos, voz débil o muy fuerte, tartamudeos y bloqueos, evasión de la mirada o ganas de huir.

Tratamiento de la glosofobia

A la hora de tratar la glosofobia es fundamental recibir una terapia psicológica y es recomendable apoyarse en técnicas de relajación como el yoga o el mindfulness. Desgraciadamente, como comentábamos más arriba, el único tratamiento que muchas personas reciben suele depender de fármacos betabloqueantes (propanolol) o ansiolíticos (diazepam, lorazepam o alprazolam) con sus limitados efectos y sus potenciales efectos secundarios.

La homeopatía, carentes de efectos secundarios relevantes, puede ser de gran ayuda a través de medicamentos como los siguientes:

  • Gelsemium.  Uno de los medicamentos homeopáticos más utilizados para las personas que el miedo les paraliza. Pueden llegar a quedarse literalmente “en blanco” delante de su audiencia, con temblores y sensación, incluso, de desfallecimiento. Pueden también presentar insomnio de anticipación y diarreas.
  • Argentum nitricum.  Relacionado con el miedo escénico en personas que reaccionan con un comportamiento agitado, impulsivo y precipitado. Es frecuente, y refuerza la indicación de este medicamento, que tengan además claustrofobia y miedo a las alturas. 
  • Silicea. Es el gran medicamento homeopático para el “miedo escénico” propiamente dicho. La persona siente que tiene una imagen fija de sí mismo que debe proteger y eso le da inseguridad. A diferencia de Lycopodium, otro buen medicamento para estas situaciones y cuyo problema es más la falta de autoestima de confianza en sí mismo, el miedo de Silicea es más por su imagen. Lycopodium desconfía de si será capaz, Silicea teme, sobre todo, el sentir que le miran y cómo quedará su imagen.
  • Aconitum. Es el medicamento de los ataques de pánico que pueden acompañarse de intensa agitación, palpitaciones, taquicardia e, incluso, crisis hipertensivas y dolor precordial.
  • Baryta carbónica. Es útil en personas muy dependientes e inseguras, con una gran dificultad para tomar cualquier decisión por su cuenta. Pueden ser adultos que se muestren un poco como niños; dependientes, inseguros y pusilánimes.

Agorafobia

Otro miedo muy común es la agorafobia. La palabra procede del latín “ágora” (plaza) y hace referencia al miedo que estas personas experimentan a los lugares públicos y espacios abiertos. No obstante, esta fobia va más allá del mero miedo a permanecer en un espacio abierto o con gente pues también se relaciona con un trastorno de ansiedad en el que existe miedo a encontrarse indispuesto en algún lugar o situación y no tener una salida, una vía de escape.

Así, algunos de los lugares que más comúnmente evita un agorafóbico pueden ser los centros comerciales, teatros, supermercados, trasportes públicos y, en general, cualquier espacio donde haya multitudes. Es decir, que una persona que sufre esta afección intenta evitar todos estos lugares en los que imagina que podría tener una crisis de ansiedad, llegando incluso a evitar salir de casa por miedo a sentirse insegura.

Causas de la agorafobia

Actualmente, no se tiene una idea precisa de cuáles podrían ser los desencadenantes de este miedo pero, comúnmente, suele afectar a personas con un significativo estrés de base o trastornos depresivos o de ansiedad, que han tenido una experiencia negativa en un lugar y que comienzan a asociar ese tipo de lugares con el problema. Poco a poco estas personas empiezan a evitar lugares que les parecen similares y así el problema crece.

Síntomas de la agorafobia

Los síntomas de la agorafobia, parecidos a los de otros trastornos de la ansiedad, son muy variados dependiendo del caso, aunque los más comunes son: taquicardias y sudores fríos, adormecimientos y pinchazos en distintas partes del cuerpo, temblores, mareos, vértigo, desmayo, disnea (sensación de ahogo) y opresión en el pecho, fatiga o náuseas y vómitos.

Algunas personas pueden llegar a sentir un miedo irracional a sufrir una muerte repentina, un infarto por ejemplo, y a perder el control y volverse locas al encontrarse en alguna de esas situaciones tan estresantes para ellas.

Tratamiento de la agorafobia

En cuanto al tratamiento de la agorafobia, convencionalmente se centra en la psicoterapia y en la farmacología  (ansiolíticos, betabloqueantes, antidepresivos…). A este respecto, como señalábamos antes, hay que sopesar los efectos secundarios de algunos fármacos, así como su riesgo de adicción, en relación al efecto y progreso obtenido.

Una alternativa es la Terapia Breve Estratégica, ya sea sola o acompañada de tratamiento homeopático, que responde a unos altos índices de eficacia: alrededor de un 80-90%(1). Una de las grandes ventajas de esta terapia es que no solo se obtienen resultados positivos en cuanto a la desaparición tangible de los síntomas asociados, sino que mejora de forma profunda aspectos relacionados con el mundo emocional de estos pacientes, como puede ser su autoestima.

A la hora de superar los momentos de crisis que los pacientes con agorafobia suelen sufrir, aquí tenemos algunos de los medicamentos homeopáticos más recomendados:

  • Aconitum.  Útil en las personas con repentinos ataques de pánico, extrema inquietud con angustia y sensación de muerte inminente. Todo esto, siendo que aparezca en un contexto de miedo a las multitudes o en un contexto más bien de claustrofobia.
  • ArgentumNitricum. Para la persona precipitada, agitada, que siente mucha aprensión antes de cualquier acontecimiento, llegando incluso a desarrollar síntomas digestivos como diarreas. Suele hacer las cosas agitada, con prisa. Es común que tenga otras fobias, así como vértigo a las alturas.
  • Gelsemium.  Para el paciente preocupado en el que predomina la parálisis, la inhibición a la acción. El paciente está bloqueado, quieto, intimidado y tiene miedo a perder el control, con vértigo, temblores, debilidad, problemas de visión… Incluso pueden referir la sensación de que se les parará el corazón si no se mueve.
  • Ignatia.  Para el paciente paradójico, con un humor cambiante, al que se le suele hacer un nudo o bola en la garganta con dolores de tipo espasmódico y calambroideos por cualquier parte del cuerpo. Son personas que suelen mejorar de todos sus males y sus angustias cuando algo consigue distraerles.

El miedo puede ser el origen de diversos trastornos que pueden condicionar y limitar nuestra vida. La homeopatía junto con la psicoterapia, pueden ayudarnos a superarlo de forma eficaz y segura.

#HomeopatíaSuma

Bibliografía:


(1) Nardone, G., Watzlawick, P., El arte del cambio, Herder, Barcelona 1995

Nardone, G., Watzlawick, P., Terapia breve: filosofía y arte, Herder. Barcelona 1999

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