Ópera y medicina: una oportunidad para aprender (I)

Lesley Garret, soprano inglesa casada con un médico de familia, o como dicen allí un General Practitioner (GP) es de la siguiente opinión: Creo que la ópera es la experiencia artística más intensa y la más rica que se pueda vivir. 

Muchos somos de la misma opinión por que la ópera constituye de algún modo el arte total al sumar en el escenario expresiones artísticas como la música, el teatro y el relato a lo que podríamos añadir aspectos plásticos como la pintura, el diseño del vestuario, y la incorporación a la representación del cine y el comic.

Los personajes de las representaciones operísticas creados por Händel, Verdi, Puccini, Mozart, Dvorak, Donizetti, Mascagni o Alban Berg entre otros y aquellos que han sido, son o serán nuestros cantantes favoritos desde el mítico Caruso a los actuales Juan Diego Flórez, Bartoli, Netrebko, Scholl, Gheorgiau, Jaroussky o Kaufmann pasando por Callas, Di Stefano, Baker, Berganza, de los Ángeles, Kraus, Carreras o Domingo  pertenecen a la vida y al imaginario de los aficionados al bel canto del mismo intenso modo que las jugadas y los goles de nuestros jugadores más queridos y admirados.

Sus seguidores acuden a los teatros de ópera esperando la actuación más sublime y en busca del autógrafo tan deseado, de la misma manera que los seguidores de los clubs de fútbol siguen a su equipo por Europa y el mundo en busca de títulos y alegrías.


A room with a view. James Ivory. 1985

La voz de Kiri te Kanawa cantando a Puccini al comienzo de la película de James Ivory  A room with a view o la de Janet Baker en la versión del Orfeo y Eurídice de Gluck están insertas en cada una de mis células del mismo modo que la lectura de obras como El Amante del volcán de Sontang, El amor en los tiempos del cólera de García Márquez o Lo bello y lo triste de Kawabata, los ensayos de Ordine, Damasio, Esquirol o Snyder, los poemas de Lorca, Vallejo o Cernuda, las novelas de Baroja, Delibes o Galdós, las obras escénicas de Lope, Shakespeare o Cervantes y el gol de Zidane en la novena (no la de Beethoven, si no la Copa de Europa del Madrid).

La ópera como experiencia docente

Es indudable la utilidad y la necesidad del cine, el teatro, la música, la poesía y la narrativa en la formación humanista del médico, que es cada vez más tecnificada y está tan alejada de la compasión y de las relaciones personales.

Por ello, parece obvio que la ópera, que constituye quizás la aproximación más compleja y sublime para entender el mundo de los sentimientos y las emociones ofrezca ricos y variados matices en la formación de los futuros y actuales profesionales de la salud.

En su experiencia en la formación de estudiantes de medicina Pablo González Blasco describe como las obras de Verdi, Donizetti, Puccini, Mozart, Carlos Gomes y Gounod se transforman en herramientas de análisis y debate permitiendo que la experiencia de la ópera abra las puertas a la emoción, facilite actitudes empáticas y enriquezca los valores profesionales.

Y seguramente es así porque como Werner Herzog, director de obras fílmicas como Aguirre, la cólera de Dios o Fitzcarraldo decía La ópera contiene las emociones humanas en su forma más simple y más elemental, como los axiomas en las matemáticas, que no son reductibles. Es por esto que las emociones en la ópera son tan esquemáticas y tan potentes. La ópera implica el peligro, el caos, la desolación, pone al público al límite de todos ellos, y tal vez un poco más allá. 

La enfermedad y la muerte en la ópera

Prima di quest’aurora
Di quest’aurora
Io chiudo stanca gli occhi
Per non vederlo più!

Liú. Turandot

En la ópera se describen problemas de salud colectivos como la epidemia de peste en el siglo XVI en el norte de Italia narrada en The visitors de Carlos Chávez, la locura colectiva en el manicomio de The rake’s progress de Stravinski o en la aislada reunión en El ángel exterminador de Adés basada en la película de Buñuel.

Algunos de los personajes más famosos padecen enfermedades como la herida que no cura por la sífilis de Amfortas en Parsifal de Wagner, enfermedad también presente en Lulú de Alban Berg, Candide de Leonard Berstein o en The rake’s progress de Stravinski.

Es frecuente la presencia de la tuberculosis en algunas de las principales heroínas como Violetta en La Traviata, Antonia en Los cuentos de Hoffmann y Mimí en La Boheme de Puccini, o el cólera en Muerte en Venecia de Britten.


Lucia de Lammermoor. Donizetti. Teatro Real. Madrid. 2017-2018

Aparte de los problemas cardíacos de Antonia detectados por el doctor Miracle son frecuentes las enfermedades mentales y la locura. Las conocidas como arias de locura que se desarrollan fundamentalmente en la ópera romántica (Il pirata, La sonnambula o I purintani de Bellini, Ana Bolena o Lucia de Lammermoor de Donizetti) permiten el lucimiento de la cantante, generalmente la soprano protagonista.

Y no son pocos los héroes o heroínas que en el momento de su final se suicidan, lo que sucede con múltiples personajes como Abigaille en Nabucco de Verdi al tomar veneno arrepentida, Fedora en la obra de Giordano al ingerir una cápsula de veneno tras implorar el perdón de Loris, Lakmé  en la ópera del mismo nombre de Delibes cuando muerde una flor venenosa por la marcha de su amado, Otello que se clava un cuchillo en el pecho en la obra de Verdi tras asesinar a su esposa, Hermann en La dama de picas de Tchaikovsky, el Werther de Goethe en la ópera de Massenet, el Orfeo de Gluck al ver a Eurídice muerta por segunda vez,  Edgardo el amante de Lucia ya muerta tras cantar la hermosísima aria Tu che a Dio spiegasti l’ali, la actriz Floria Tosca que se arroja desde el Castel Sant’Angelo tras la muerte de Caravadossi, Cio-Cio San desesperada y deshonrada por la traición de Pinkerton en Madama ButterflyLiù, que ama a Calf en Turandot, ambas óperas de Puccini.

Otras, son víctimas de asesinato (Desdémona en Otello, Carmen en la famosa ópera de Bizet a manos de Don José o Lulú en la ópera de Alban Berg a manos de Jack el destripador) o envenenamiento como Leonora en Il trovatore de Verdi.

Lulú, tras asesinar al Dr. Schön, su verdadero amor. Teatro Real. 2009

Dulcamara: la ópera y la homeopatía

En un interesante y curioso editorial escrito en 2017 por Xavier Miró titulado como el aria de Dulcamara Udite, udite, o rustici; attenti, non fiatate  nos conmina a que no desfallezcamos en el difícil arte de la medicina y en la lucha por buscar la mejor práctica clínica centrada en la ética y estética, y que todo arte, aunque contenga en este caso un importante e imprescindible componente técnico y científico debe tener.

Tanto González Blasco como Soriano abogan en sus artículos por incorporar el humanismo a la relación médico-paciente en las facultades de Medicina, siendo para ambos la ópera como arte total un gran instrumento en ese sentido. En ello coincido con estos y otros autores tanto hispanos como anglosajones, y me lleva a concluir con un ¡Viva la Ópera!

La ópera es grande, como los son el teatro y la música, y como también lo fueron Farinelli, Callas, Kraus, Berganza o Caruso tanto en su carrera como en la música de Lucio Dalla que desde el cielo me estará leyendo y al que dedico sus propias palabras en esta despedida: Caro amico ti scrivo Così mi distraggo un po’.

Como hemos visto la ópera y la medicina han ido siempre de la mano. Pero estad atentos porque esto no termina aquí. Mañana tendremos una nueva entrega de “La Ópera y la medicina” en este blog. Conoceremos la figura del médico dentro de las obras de ópera.

Sobre el Autor

Dr. Jose Ignacio Torres
Dr. Jose Ignacio Torres

Me llamo José Ignacio por una casualidad y soy un APRENDIZ.

Aunque nací en Madrid me considero de ninguna parte porque cualquier paisaje está lleno de belleza, y así todos son míos. VIAJAR genera conocimiento y disfrute tanto si es al exterior como al interior de uno mismo.

Aprendí de mi abuelo la GENEROSIDAD, de mi padre la TENACIDAD, de mis hijos la ALEGRÍA y de Arancha el RESPETO gracias a su amor y paciencia.

Mi familia, amigos, compañeros y pacientes son mis principales MAESTROS de medicina y de vida.

Me considero un ESCUCHADOR porque me gusta ayudar a los demás y no conozco puerta mejor a la compasión y a la terapia que la escucha.

Creo, después de tantos años, que la medicina es la tarea humana más hermosa en la que es necesario algo de ciencia y mucho de ARTE.

Persigo de modo incesante la BELLEZA e intento ponerle PASIÓN y COLOR a mi vida fuera y dentro de la consulta.

Me DIVIERTO y APRENDO con la pintura, la música, el juego, el baile, la poesía, el cine, la ópera, las narraciones y los espacios abiertos en los que me gusta envolverme con olores y vientos. Y los añoro en todos los entornos humanos que deberían estar llenos de ellos.

DISFRUTO con la compañía de las personas humildes y sabias que voy conociendo en el camino de la VIDA.

NECESITO escribir para curar las heridas que dejan la consulta y la vida.

He COMPRENDIDO no sin esfuerzo, que las palabras acarician y hieren, salvan y matan y por ello, lo que más deseo practicar es el SILENCIO que genera espacios de amor y de respeto.

Y mis PASIONES ocultas son el CHOCOLATE, el FÚTBOL, el color VERDE y MOZART que siempre va conmigo.

Consulta
C. del Corazón de María, 82
28002 Madrid
TEL. 912 99 94 16
Email jitorresj58@gmail.com

Más información del Dr. Jose Ignacio Torres
Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos
Sociedad Española de Medicina Homeopática (SEMH)
Directorio de Médicos Homeópatas - CEDH

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