Ópera y medicina: una oportunidad para aprender II
Los médicos y la ópera
Como ha de haber gente para todo, tal y como decía aquel famoso matador de toros, conocido como El gallo; un médico del Hospital de La Princesa en Madrid, que curiosamente es mi hospital de referencia, ha llevado a cabo un interesante estudio sobre el tema y tras analizar casi quinientas óperas (493) desde 1777 a 2016 encuentra entre sus principales hallazgos que en 34 de ellas aparece algún médico como personaje. En otras palabras, en el 6,9% de las obras estudiadas la figura del galeno está de un modo u otro presente.
Resulta interesante comprobar como el papel de los médicos en la ópera bufa estaba envuelto en componente mágico o cómico mientras en las más recientes aparece de modo progresivo el componente técnico y profesional.
El médico en la ópera bufa: Il Dottore, figura de la Commedia dell’Arte
La Commedia dell’ Arte fue una forma de teatro que surgió en Venecia en el siglo XVI para ser improvisado en las plazas públicas. Se usaban máscaras para ironizar sobre los arquetipos humanos y fue de gran influencia en la ópera buffa.
Una de esas máscaras era Il Dottore que se integraba en el grupo de viejos o señores poderosos de origen boloñés, que vestían toga y birrete doctoral y hablaban sin parar y de modo ininteligible una mezcla de latín y boloñés.
Dulcamara, Bartolo y Spinellocchio son algunos doctores de la ópera buffa, cuyo papel suele ser desde el charlatán que roza con la ilegalidad hasta personajes que juegan un rol decisivo en situaciones límite y muestran el conflicto del médico con la enfermedad.
El uso de la máscara de Il Dottore en la Comedia del Arte cumple la función de sublimar el dolor a través del arte de la escucha.

Attorno guardano,
Forze riprendono.
Ah, questo medico
Vale un Perù!
Fiordiligi, Dorabella y Don Alfonso en Cosi fan tutte
Así termina este increíble sexteto Eccovi il médico, Signore belle de la ópera de Mozart en la que un falso doctor encarnado por Despina, cura de la supuesta intoxicación por arsénico a los dos amantes de las bellas hermanas engañadas y engañadoras.
En este caso, como en muchos otros, lo que hace mágica la labor del médico son sus palabras ininteligibles en varios idiomas supuestos (griego, árabe, turco y vándalo) para los tres personajes que asisten atónitos ante su sabiduría; tanto el compinchado amigo de los jóvenes Ferrando y Guglielmo como las dos novias burladas y arrepentidas burladoras.
Aún recuerdo la excelente representación de 2013 en el Teatro Real de Madrid con la dirección de escena de Michael Haneke como un momento de disfrute repetido gracias a la posibilidad de disfrutar una y otra vez en My Opera Player.
A un dottor della mia sorte
queste scuse, signorina?
Vi consiglio, mia carina,
un po’ meglio a imposturar.
Doctor Bartolo en El Barbero de Sevilla

Don Pascuale. Donizetti. Irish National Opera. 2022
Entre los papeles cómicos aparecen médicos como el doctor Malatesta de Don Pascuale de Donizzeti, que no es más que un intermediario que pretende favorecer la boda del protagonista con la joven, a través de su influencia psicológica; o el doble personaje bufo Doctor Bartolo que canta en Las bodas de Fígaro de Mozart la venganza es un placer reservado a los sabios y en El Barbero de Sevilla de Rossini en su aria A un dottor della mia sorte castiga a su habitación a su protegida, una joven Rosina enamorada, con la que desea casarse para apropiarse de su dinero, diciéndole que no puede engañar a un médico de su categoría.
Maestro Spinellocchio acude a ver a su paciente que ha fallecido hace unos minutos, pero Gianni Schicchi le engaña haciendo como que está hablando con él para que el doctor crea que está aún vivo.
Cuando se retira, el médico se despide con A me non è mai morto un ammalato ¡Non ho delle pretese, il merito l’e tutto della scuola bolognese!

Teatro Lirico del Centro del Conocimiento de Posadas, Misiones, Argentina. 2016.
Ei muove i paralitici;
Spedisce gli apopletici,
Gli asmatici, gli asfitici,
Gl’isterici, i diabetici,
Guarisce i timpanitidi,
E scrofole e rachitidi,
E fino il mal di fegato
Che in moda diventò.
Doctor Dulcamara en L’elisir ‘amore
En la cavatina udite, udite, o rustici, el doctor Dulcamara, personaje de L’elisir d’amore de Donizetti, muestra a los confiados pueblerinos como su mágico elixir es capaz de curar todos los males, incluido el mar de amores.
La ópera, que se desarrolla en un pequeño pueblo del País Vasco narra los amores imposibles de Nemorino por Adina. Un afecto que es reiteradamente rechazado.
Al final, después de la famosa romanza Una furtiva lagrima cantada por Nemorino y que forma parte de la historia de la ópera, éste consigue que Adina le confiese su amor y entonces, todos se lanzan a comprar el poderoso elixir, que no es otra cosa que vino de Burdeos. Pero para Nemorino, este vino-elixir ha sido la causa de un cambio en la decisión de declarar su amor a Adina.
Un feliz final, que como a menudo en la consulta, es el fruto de un placebo, y aunque en este caso parte de un engaño, en la clínica suele ser un modo de buscar el alivio o la curación del paciente del mejor modo posible.
El médico ante la enfermedad y la muerte

Macbeth. Verdi. Teatro Real. 2012
Recordar a través de la enfermedad, el sufrimiento, la injusticia y la muerte la película Philadelphia de Jonathan Demme, nos lleva inevitablemente a sentir el escalofrío en el espinazo y las lágrimas asomar en los ojos mientras escuchamos la inolvidable voz de Maria Callas interpretando el aria La mamma morta de la ópera Andrea Chénier de Giordano. Una obra, que transcurre en plena Revolución francesa, y cuyo momento culminante es cuando Maddalena le dice al poeta en la prisión que su madre ha muerto, y solo le resta su amor por él.
Los médicos aparecen en la ópera ante la enfermedad, las heridas y la muerte en momentos como cuando el cirujano extrae la bala del pecho de Don Álvaro en La Forza del Destino de Verdi o curar heridas del Baron Ochs von Lerchenau en El caballero de la rosa de Richard Strauss. También son testigos (como en el teatro y en el cine) de la locura de Lady Macbeth en la ópera de Verdi o diagnostican una arritmia cardíaca al palpar el pulso rápido e irregular de Antonia, la joven enfermiza de Los cuentos de Hoffman de Offenbach cuyo número más famoso es la barcarola.
La Barcarola, una música que proviene de las canciones folclóricas cantadas por los gondoleros de Venecia, es también la música que se escucha a través del gramófono en los altavoces del campo de concentración en la película de Roberto Benigni La vida es bella. Con ello, el protagonista es capaz de hacer feliz en las peores circunstancias a su esposa, que se encuentra en el barracón de las mujeres. Como espectadores, podemos interpretar en el rostro de la prisionera el impacto emocional que supone escuchar la hermosa melodía, y en flashback visualizamos como le transporta al momento en el que asistió a la representación de la ópera en su ciudad.
La enfermedad psiquiátrica es protagonista en muchas óperas contemporáneas como Wir Erreichen den Fluss de Hans Werner Henze, cuyo protagonista es un paciente internado en una clínica psiquiátrica. En ella, se hace una reflexión sobre la salud mental en la Europa actual.
Tanto en el siglo XIX como en el XX encontramos médicos a la cabecera del moribundo como el maestro Spinellochio en la ópera de Puccini Gianni Schicchi que forma parte del tríptico (3 óperas breves que se solían representar juntas).
En esta ópera, cuya acción transcurre en la Florencia del siglo XIII, el médico acude para asistir en su lecho de muerte a Buoso Donatia, cuyo fallecimiento es silenciado antes de su llegada pues los parientes quieren modificar el testamento.

La soprano Ermoneja Jaho agoniza como Violetta en el final de La Traviata
El doctor Grenvile en La Traviata de Verdi que atiende a Violetta cuya tuberculosis está muy avanzada o el anónimo doctor que trata de ser de ayuda en el lecho de muerte de Melisenda en la ópera de Debussy Pelléas y Mélisande son algunos ejemplos de la presencia del médico ante la muerte.
El cambio de papeles del médico en la ópera a través de los siglos
A lo largo de los siglos el papel de los médicos en la ópera ha cambiado mucho, tanto en su protagonismo, el personaje, su rol como médico, las bases del conocimiento y su posición social.

Desde una función cómica o tragicómica en los siglos XVIII y XIX pasó a tener un papel épico. Del conocimiento mágico, con el empleo de pociones e influencia psicológica cambió a ser un representante de la ciencia basada en la razón y el conocimiento biológico. De ese modo, tanto su tarea, como su prestigio social han ido cambiando y en la actualidad su papel es fundamentalmente clínico. Y en algunas óperas, como el médico anónimo de Wozzeck, la ópera de Alban Berg, también investigador.
En esta ópera se refleja también el poder de la investigación médica para hacer daño. El médico del cuartel a cuyo servicio se pone el protagonista, que no es más que un soldado inculto e ingenuo, le usará como modelo en sus experimentos y en la enseñanza de sus alumnos.
Una reflexión que nos conduce a los límites éticos de la ciencia y la investigación médica que en pleno siglo XXI son un reto para todos, muy especialmente para los clínicos e investigadores biomédicos.
Con esta inmersión en la ópera y cómo está ligada tan directamente con la medicina me despido hasta el próximo post, no sin antes, recomendaros que vayáis al teatro a ver maravillosas obras de ópera.
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