Neuralgia facial y homeopatía

“…si la solución que se propone para el sufrimiento elude

las causas del conflicto, no es probable que funcione

durante mucho tiempo. 

Puede tratarse un síntoma pero no hace nada a las raíces

de la enfermedad”

Antonio Damasio

 

Una de las múltiples frases cargadas de sabiduría y profundidad que podemos leer en El error de Descartes1 del neurocientífico Antonio Damasio me sirve de introducción para compartir con vosotros un caso clínico singular.

Singular, como todos porque cada paciente es único, cada consulta única y cada abordaje de tratamiento debería ser individualizado.

Un caso revelador

Acudió una mañana una mujer de 67 años a mi consulta acompañada por su hija. Digamos que se llamaba Dolores por la historia relatada, aunque no era su nombre real.

Era una mujer sana, que vivía en un pequeño pueblo de la provincia y que raramente necesitaba acudir a la consulta. Sus antecedentes médicos, por tanto eran anecdóticos, salvo que no era paciente mía. Mi paciente era su hija que vivía en la ciudad.

Mirándome con intensidad, me dijo: esto que le voy a contar, ya se lo he dicho a todos los médicos anteriores.

Y después de esta apertura puse los cinco sentidos para estar disponible para ella con la misma intensidad con la que un ajedrecista se concentra en la tarea de mover las piezas blancas o negras.

Caminaba por el pueblo, como todas las tardes, cuando de repente un enorme pastor alemán saltó sobre mi dándome un susto de muerte.

El médico residente no daba crédito al relato de la mujer y me miraba con sorpresa. Sorpresa intensificada cuando Dolores insistió en que nadie había prestado la menor atención a este hecho.

Y siguió relatando que esa noche, de la que habían transcurrido más de cuatro meses, empezó a sentir un dolor intenso, que le desgarraba, como si le mordieran y tirasen de su piel, insoportable, en la hemicara izquierda y cuello que empeoraba por la noche, con el frio y cuando soplaba viento frio.

Me explicó con precisión que había acudido a múltiples consultas: Urgencias, Médico de familia, Neurólogo y Psiquiatra, y que en ese tiempo le habían pautado diversos analgésicos, antidepresivos, ansiolíticos y antiepilépticos sin mejoría.

Aportaba un informe de Neurología con el diagnóstico de neuralgia facial idiopática haciendo constar que la exploración neurológica y las pruebas de imagen eran normales.

Me insistió que el dolor le provocaba mucha angustia. Y percibí en su lenguaje no verbal que se sentía comprendida y que daba validez a su relato. Lo que incrementó la incomodidad del médico residente.

El estudio y conocimiento del método homeopático y de la materia médica me permitían en ese momento abordar el caso como aconsejaba Damasio.

Me dije a mi mismo que conocía la causa del conflicto y por lo tanto, el modo de tratar de forma personalizada a Dolores.

Le aconsejé que usara el medicamento homeopático Aconitum con resultados inesperados y extraordinarios para ella, ya que en quince días desapareció por completo el dolor que no volvió a atormentarle nunca más.

Y lo supe en nuestro siguiente encuentro lleno de regalos: agradecimiento expresado con una caja de bombones y algo mucho más valioso para mí, su franca sonrisa.

El proceso diagnóstico

Para poder proponer un correcto tratamiento es preciso un diagnóstico certero.

El diagnóstico es un proceso secuencial de reunión, integración e interpretación de datos existiendo múltiples modelos en un marco teórico.

El proceso hipotético-deductivo según Riegelman2 propone que la selección de las hipótesis se sustenta en diversas estrategias de razonamiento: probabilística, determinista y causal.

En el caso de Dolores el conocimiento de la causalidad y la reacción individual de enfermar (figura 1) fueron claves en mi proceso diagnóstico de esta paciente.

Diagnóstico como técnica, como estrategia, pero sobre todo como arte tal y como expresa de forma extraordinaria Andrzej Szczeklik3: “La constelación de síntomas es como la constelación de estrellas en el firmamento que muestra al navegante el camino del puerto. Le permite situarse en el mapa, disipa las tinieblas y ahuyenta las dudas. Ese instante, ese destello, en el que lo desconocido se convierte en conocido se llama diagnóstico”.

Las palabras, los gestos, la emoción de Dolores, su insistencia en la causalidad de sus dolores fueron para mi ese destello que hizo transformar lo desconocido en conocido: acónito.

Aconitum napellus

La prescripción de aconitum napellus ( acónito) estuvo fundamentada en que el acónito es un medicamento homeopático4,5 que se emplea para enfermedades originadas por el frío o por un miedo brusco, que puede provocar en la paciente sensación de muerte inminente y que es de especial utilidad en problemas de salud localizados en el sistema nervioso periférico con predominio en el lado izquierdo, con sensación de dolor neurálgico, desgarrante que empeora con el frío y por la noche a partir de las once y con el viento frío, y que se acompaña de angustia.

Ya tenía el diagnóstico de la enfermedad: neuralgia facial. Pero el conocimiento adicional de la materia médica homeopática4,5 y del método diagnóstico propio de la homeopatía me permitió ir más allá y realizar el diagnóstico de la enfermedad de Dolores: neuralgia facial secundaria a miedo brusco.

Podía con todos estos datos recomponer el cuadro clínico completo de Dolores y además de tratarla elaborar una impresión pronóstica que solo compartí conmigo mismo, muy favorable al considerar que su cuadro correspondía de forma completa con este medicamento tal y como así fue.

Figura 1. El proceso diagnóstico en el caso de Dolores.

Tenía los fragmentos, todas las piezas del puzle, y sentí en mí las palabras de Cortázar: “la acumulación de fragmentos cristalizará bruscamente en una realidad total…

La realidad del dolor de Dolores. Que no era tan solo su dolor sino algo más personal y más íntimo; su sufrimiento6.

Información, sensaciones, emociones, escucha activa, mentes compartidas. En eso consiste el método. De ese modo llevamos a cabo el diagnóstico homeopático.

Así desea todo médico curar al paciente. De modo personalizado, suave y consistente.

Bibliografía.

  1. Damasio A. El error de Descartes. Drakontos bolsillo.2006.
  2. http://www.doctutor.es/wp-content/uploads/2010/09/Modelo-Riegelman.pdf
  3. Szczeklik A. Catarsis. Acantilado.2010.
  4. Vannier L. Materia Médica Homeopática. Porrúa. 2000.
  5. Materia Médica Homeopática. Albatros. 1994.
  6. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7057823

Sobre el Autor

Dr. Jose Ignacio Torres
Dr. Jose Ignacio Torres

Me llamo José Ignacio por una casualidad y soy un APRENDIZ.

Aunque nací en Madrid me considero de ninguna parte porque cualquier paisaje está lleno de belleza, y así todos son míos. VIAJAR genera conocimiento y disfrute tanto si es al exterior como al interior de uno mismo.

Aprendí de mi abuelo la GENEROSIDAD, de mi padre la TENACIDAD, de mis hijos la ALEGRÍA y de Arancha el RESPETO gracias a su amor y paciencia.

Mi familia, amigos, compañeros y pacientes son mis principales MAESTROS de medicina y de vida.

Me considero un ESCUCHADOR porque me gusta ayudar a los demás y no conozco puerta mejor a la compasión y a la terapia que la escucha.

Creo, después de tantos años, que la medicina es la tarea humana más hermosa en la que es necesario algo de ciencia y mucho de ARTE.

Persigo de modo incesante la BELLEZA e intento ponerle PASIÓN y COLOR a mi vida fuera y dentro de la consulta.

Me DIVIERTO y APRENDO con la pintura, la música, el juego, el baile, la poesía, el cine, la ópera, las narraciones y los espacios abiertos en los que me gusta envolverme con olores y vientos. Y los añoro en todos los entornos humanos que deberían estar llenos de ellos.

DISFRUTO con la compañía de las personas humildes y sabias que voy conociendo en el camino de la VIDA.

NECESITO escribir para curar las heridas que dejan la consulta y la vida.

He COMPRENDIDO no sin esfuerzo, que las palabras acarician y hieren, salvan y matan y por ello, lo que más deseo practicar es el SILENCIO que genera espacios de amor y de respeto.

Y mis PASIONES ocultas son el CHOCOLATE, el FÚTBOL, el color VERDE y MOZART que siempre va conmigo.

Consulta
C. del Corazón de María, 82
28002 Madrid
TEL. 912 99 94 16
Email jitorresj58@gmail.com

Más información del Dr. Jose Ignacio Torres
Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos
Sociedad Española de Medicina Homeopática (SEMH)
Directorio de Médicos Homeópatas - CEDH

6 Comentarios

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  • Buenas tardes doctor mí esposo padece de un dolor en el lado izquierdo de la cara es un dolor desesperante hemos visto varios especialistas y no le han dado con el chiste le diasnosticaron neuralgia del trigemino .en octubre de el 2019 lo vio un neurólogo y le mando q se isiera una resonancia magnética de cerebro con contraste y en el diasnostico le salió normal el doctor le diasnostico neuralgia homeopatica
    El toma unas pastas q se llaman carbamazepina el se las toma tres veces al día en cada toma son cuatro o sinco pastas y no le hacen efecto el mantiene desesperado no sabemos q hacer.

    • Hola Rocío.
      Por lo que cuenta el diagnóstico y tratamiento parecen correctos, pero es frecuente que sea difícil de tratar este problema.
      Mi consejo es que acuda a su médico que será quién mejor puede valorar el cambio de tratamiento ya que existe múltiples opciones de tratamiento para su problema de salud.

      Mis mejores deseos

  • Qué maravilla, querido José Ignacio, y qué relato tan real. Quienes hemos sido y seguimos siendo ayudadas por la homeopatía valoramos como fundamental sus recursos sanadores inimaginables hasta que se experimentan en una misma y en el entorno.
    Y qué maravilla descubrir que hay médicos tan lúcidos como para superar inercias y adentrarse en el universo más sutil y profundo de la ciencia y la conciencia, dos realidades inseparables, para que la ciencia tenga sentido pleno y la conciencia una base experimental en la materia y la energía del Ser y el existir.
    Mil gracias y un gran abrazo

    • Muchas gracias por tus hermosos y lúcidos comentarios, Sol.
      Escribir para compartir y aprender cada día es nuestra razón de ser en este blog que es también tuyo como de todos los que nos hacen sentirlo vivo.

      Besos

  • Y cuando casos como este los vemos todos los días la experiencia se convierte en evidencia clínica.
    Un post precioso que es solo un granito de arena en la inmensa playa de tu experiencia.

    Un abrazo y gracias por compartirlo querido amigo.

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