Homeopatía y dolor

Abordar el estudio de las posibilidades de la homeopatía en el tratamiento del dolor y presentar los medicamentos homeopáticos indicados es una ardua tarea por los cientos de medicamentos que pueden estar indicados. Señalaré, basándome en mi experiencia, los medicamentos clave en cada uno de los fenómenos dolorosos, siendo consciente de que será una elección totalmente parcial, y de que dejaré muy a mi pesar fuera de la elección algunos medicamentos francamente útiles.

Algunas reflexiones sobre el dolor

El dolor es consustancial a la vida. Cuando nacemos, prorrumpimos en llantos y gritos desgarrados pues queremos afirmarnos y erigirnos en dueños de nuestro destino. El viaje, comenzado unas cuarenta semanas antes, cuenta con el bálsamo de las caricias maternas y paternas, con sus dulces voces que pueden paliar la impaciencia sentida y la incomodidad vivida en el trayecto del canal del parto; estrecheces y obstáculos, esfuerzos continuos con sudores intensos y fatiga ansiosa, y por supuesto, con dolor, mucho dolor y posterior alivio.

El dolor, que nos hace sufrir vivamente, nos protege no obstante del peligro acechante que podría acabar con nuestra vida si no reaccionáramos a tiempo. Esta expresión dolorosa es una señal de alarma, la primera, que indica que algo no va bien, como un fusible que se nos ilumina en nuestro vehículo, al que es necesario y conveniente prestar atención y poner en marcha los medios necesarios para solucionar el problema; y muestra además que hay, de manera subyacente, una problemática “patología” determinada (inflamación, infección, degeneración…), que requiere una pronta reparación. Por este motivo, podemos afirmar que sin dolor no habría vida, por lo que esta experiencia displacentera es indispensable para combatir y prevenir nuestra destrucción.

Por su parte, el placer, contrapunto privilegiado del desánimo y del dolor, puede calmar momentáneamente la experiencia dolorosa, pero ésta regresa con inusitada rapidez, sobre todo en el dolor crónico, que es una auténtica lacra para la Humanidad. Si el dolor agudo rápidamente nos violenta, el dolor crónico poco a poco nos consume y aparece la depresión aniquiladora, con sus pensamientos sombríos, oscuros, catastrofistas, pesimistas, con desánimo, agotamiento, indiferencia frecuente e incluso deseos de muerte; también entra en escena, de manera complementaria, la multiforme ansiedad, generando angustia desmedida y todo tipo de síntomas y signos físicos que expresan la somatización del fenómeno ansioso.

Al mismo tiempo que el dolor crónico puede afectar a la esfera emocional y conductual, puede socavar la parte cognitiva. Efectivamente, a medida que aparecen, motivados por el dolor, síntomas emocionales, comportamentales y volitivos, pueden también aparecer síntomas de orden intelectivo tales como pérdida de memoria, falta de concentración y dificultad para tomar decisiones.

En conclusión, señalemos que dolor es sinónimo de sufrimiento, de amargura, de hastío, de pesadumbre, aún de suplicio y tortura, pero no podemos vivir sin él pues es imprescindible su señal para poder reparar y prevenir la enfermedad.

El papel de la homeopatía para el tratamiento del dolor

En general, el dolor agudo tiene mejor pronóstico que el dolor crónico, es indudable, porque el primero tiende a mejorar por la propia naturaleza del fenómeno, y si se prescriben los medicamentos adecuados a tiempo lograremos rápidamente la curación del mismo. El dolor agudo, de hecho, podrá ser tratado en la mayoría de las ocasiones sólo con medicamentos homeopáticos y medidas generales.

Sin embargo, el tratamiento del dolor crónico es más difícil, por el enorme desgaste físico, psíquico y emocional que origina, y que agrava progresivamente el pronóstico. El encuadre de la homeopatía en un enfoque multidisciplinar es deseable y, desde luego, la homeopatía puede ser un complemento importantísimo a la terapia clásica. Es importante remarcar que la eficacia de la homeopatía en el dolor crónico aumenta de manera exponencial si el tratamiento se instaura de manera precoz, agravándose el pronóstico si el paciente viene a consulta con un dolor de muchos años de evolución.

En la consulta, el médico homeópata estudiará el caso del paciente y prescribirá los medicamentos homeopáticos que se adapten mejor a este enfermo en ese momento preciso. El tratamiento prescrito no sólo tendrá en cuenta los síntomas de dolor, sino también los cambios emocionales, comportamentales y aún existenciales del paciente, e irá siendo adaptado en visitas sucesivas. El paciente puede requerir tratamiento por un tiempo prolongado, tanto más cuanto mayor sea la evolución del dolor.

En muchos casos, en mi experiencia, un cambio progresivo en la actitud del paciente ante su enfermedad y ante la vida misma puede ayudar en la mejoría paulatina del dolor crónico, y esto puede ser facilitado y potenciado con la prescripción homeopática adaptada. En el campo de las emociones, el camino deseable es el paso de la desconfianza a la confianza, del pesimismo al optimismo, de la desazón a la esperanza, de la resignación a la aceptación, de la culpa al perdón, de la queja al agradecimiento.

La homeopatía trata a personas, y el enfoque es siempre global, holístico. En el dolor agudo elegiremos el o los medicamentos adaptándolos a la reacción específica del paciente en esa enfermedad que le genera dolor. Por ejemplo, puede venir a consulta un enfermo que, tras una caída sobre un hombro, presenta en esa localización un dolor intenso que se agrava con los primeros movimientos y que se alivia poco a poco con el movimiento continuo, así como con las aplicaciones de calor local. Tras una exploración adecuada y, tras descartar lesión ósea mediante una placa si lo consideramos necesario, prescribiríamos para este caso agudo Rhus toxicodendron, pues los síntomas reaccionales del paciente coinciden con los de este medicamento. Ahora bien, podemos ver asimismo a otro paciente que también se ha caído golpeándose sobre un hombro, y que refiere dolor intenso en dicho hombro con limitación funcional de todos los movimientos, y mejoría con la inmovilidad absoluta. En este caso, prescribiríamos Bryonia alba, que es un medicamento que presenta los signos y síntomas reaccionales descritos, según aparece en la Farmacopea o Materia médica homeopática.           

Para el tratamiento del dolor crónico en homeopatía, valoraremos no sólo los signos y síntomas de la enfermedad dolorosa que aqueja al paciente, sino también al propio enfermo considerado de una manera global, lo que denominamos en homeopatía el “terreno individual”. Ante la misma enfermedad crónica, cada paciente la manifiesta de una manera diferente acorde a sus características específicas como persona (tipo sensible) y a su manera especial de enfermar o reaccionar (modo reaccional crónico).

El tipo sensible viene definido por tres criterios:

– Las tendencias patológicas, que vienen expresadas en los antecedentes personales, es decir, las enfermedades padecidas, intervenciones quirúrgicas, alergias, etc., y los acontecimientos vitales de importancia máxima para el paciente y su reacción ante los mismos;

– La morfotipología, que es visible y por tanto objetiva;

– El carácter y comportamiento, así como las modificaciones del funcionamiento psicoemocional habitual, junto al funcionamiento interno de la persona (sensibilidad general; cansancio/hiperactividad; adelgazamiento/ganancia de peso; características del ciclo menstrual; sed frecuente o ausencia de la misma; hambre voraz o ausencia de apetito; preferencias y aversiones alimentarias; tipos de secreción; sexualidad; sueño/somnolencia, parasomnias y contenido de los sueños).

El modo reaccional crónico hace referencia al tipo de evolución de sus patologías (alternancia, periodicidad, sucesión o concomitancia de las enfermedades, versus cronificación o destructividad implacable).

Estos factores, y otros muchos, serán tenidos en cuenta por el homeópata para poder pautar el tratamiento más eficaz al paciente cada vez que lo valora en consulta.

Dolor traumático

El medicamento principal en los traumatismos es Arnica montana, de uso sistemático en esta indicación pues desarrolla una acción específica a nivel vascular (capilar, arteriola, vénula, arteria, vena), en el tejido celular subcutáneo (grasa) y en los músculos. Calma rápidamente el dolor, favorece la reabsorción de los hematomas, reduce la inflamación y el edema postraumático y acelera la cicatrización. La acción sobre el dolor es tiempo-dependiente, siendo muy eficaz cuando se utiliza lo más pronto posible tras el traumatismo y se repite espaciando según mejoría.

Jorge es un varón de 32 años que al salir de la ducha se resbaló, golpeándose fuertemente en la mandíbula contra el lavabo. Tomó rápidamente unos gránulos de Arnica y repitió la toma con frecuencia, cediendo radicalmente el dolor; también desapareció una desagradable sensación que presentaba, como si le quisiera salir el hematoma en la zona de impacto, que nunca llegó a salir. 

Según los órganos y tejidos afectados, abordaremos sucesivamente el tratamiento de los traumatismos del sistema musculoesquelético, de los ojos, del tejido nervioso y de la piel.

Contusión muscular: Arnica, de uso sistemático en traumatismos, como hemos visto; Bellis perennis, Ledum palustre, si hematoma violáceo, y Hamamelis, si hematoma azulado.

Tendiditis o tendinosis: la tendinitis es un proceso inflamatorio agudo, en fases iniciales; hablamos de tendinosis cuando el proceso se cronifica y se convierte en degenerativo. Rhus toxicodendron, Ruta graveolens y Arnica son los medicamentos clave; Bryonia alba se añade si el dolor mejora con la inmovilidad absoluta.

Manuel tiene 38 años y le encanta la práctica deportiva que realiza de manera obsesiva (sus palabras): pádel, fútbol, running, bici… Desde hace más de un año presenta una inflamación del tendón de Aquiles izquierdo. Reconoce que no ha dejado prácticamente de hacer deporte. Actaea racemosa, medicamento de inflamación del tendón de Aquiles, junto a Rhux toxicodendron y Ruta, y el reposo relativo, posibilitan una mejoría en pocas semanas; además, se ha comprometido consigo mismo a practicar el deporte de una manera más racional.

Tenosinovitis: Es la inflamación de la vaina sinovial que rodea al tendón. Son imprescindibles los medicamentos con acción sobre las membranas sinoviales: Bryonia alba, que mejora con el reposo, y Apismellifica, que mejora con las aplicaciones frías; y como en todo traumatismo o esfuerzo muscular, Arnica montana.

Entesitis: Es la inflamación de la inserción en el hueso de tendones, ligamentos, cápsulas articulares o aponeurosis musculares. Localizaciones muy frecuentes son el epicóndilo (codo de tenista), la epitróclea (codo de golfista), la fascitis plantar, el tendón de Aquiles, la sínfisis púbica y el trocánter mayor (trocanteritis). Se tratan con Rutagraveolens, Symphitum y Arnica, y además Rhustoxicodendron si el dolor mejora con el movimiento continuo.

Sinovitis (artritis): La inflamación de la membrana sinovial de las articulaciones se trata con Apismellifica y Bryonia alba, de acción complementaria. Además, utilizamos Arnica montana, muy útil en la sinovitis postraumática.

Luis es un adolescente de 16 años que, jugando al fútbol, se ha caido y golpeado fuertemente en la rodilla izquierda. En el Hospital descartan que haya lesión ósea, y diagnostican artritis postraumática. El dolor le mejora claramente con las aplicaciones frías, por lo que Arnica y Apis alternos, junto con las aplicaciones frías, lograrán una pronta recuperación.

Bursitis: Apismellifica, Bryonia alba y Arnica montana son útiles para el tratamiento de la inflamación de las bolsas serosas. 

Esguinces: El medicamento clave de los traumatismos ligamentosos y de los esguinces es Ruta graveolens, que usamos junto con Arnica montana, en la fase aguda; o Bryonia alba, si el dolor se agrava con el mínimo movimiento, Apismellifica si se produce un edema intenso que mejora con el frío local, y Ledumpalustre si aparece un hematoma violáceo. En la fase de rehabilitación está indicado Rhus toxicodendron ya que el dolor en esta fase se agrava con los primeros movimientos y mejora con el movimiento continuo y con el calor, datos claves de este medicamento; además, Ruta para complementar su acción.

Fracturas y fisuras óseas: En la fase aguda, Arnica, Phosphorus y China rubra limitan las hemorragias y los hematomas; además, China trata las consecuencias de la pérdida de sangre. Symphytum, por su parte, trata el dolor perióstico haya o no fractura. En la fase de consolidación usamos Calcarea phospohorica ySymphitum, que favorecen la formación del callo de fractura; también Silicea puede utilizarse pues tiene una importante acción remineralizante.

Mariano conducía su moto y tuvo un accidente, presentando un politraumatismo con múltiples fracturas y lesiones: varias costillas, esternón, meniscos de rodilla derecha, pelvis, varias vértebras lumbares, hemoneumotórax…Tras unos días en la UCI, pasó a planta y fue sometido a varias intervenciones posteriormente. Se le dio el alta hospitalaria a los 6 meses de su ingreso, indicándole que todas las fracturas habían consolidado excepto la del pubis y la de la rama isquio-pubiana izquierda, y que ya no lo harían. Tras 7 meses de tratamiento con Arnica, Calcarea phosphorica y Symphytum una radiografía indicaba “fractura consolidada en el pubis y rama isquio-pubiana izda”.

Traumatismos oculares: Arnica sistemático, Hamamelis si hemorragia subconjuntival, Ledumpalustre, si se produce un hematoma de sangre violácea o negra (“ojo a la funerala”), Symphytum, si hay traumatismo periorbitario que no afecta al globo ocular, o si hay mucho dolor por afectación perióstica, y por fin Ruta, si existe fatiga ocular por trabajo prolongado con luz artificial.

Traumatismos del tejido nervioso: Hypericum perforatum, el “Arnica de los nervios”, está indicado ante un dolor muy intenso que sigue el trayecto del nervio afectado, y en los traumatismos de regiones muy inervadas (uñas, yema de dedos o pulpa dentaria). Natrum sulfuricum, por otra parte, se utiliza para el tratamiento de las secuelas de traumatismos craneales o cerebroespinales. Finalmente, Arnica complementa la acción de los anteriores medicamentos.

Traumatismos de la piel:

  • Heridas contusas: Arnica trata el dolor y la reabsorción del edema y del hematoma, previene la infección y acelera la cicatrización. Calendula está indicada en heridas anfractuosas e hiperálgicas. Y Hamamelis cuando el paciente refiere dolor como sensación de estallido. HERIDAS INCISAS: Staphysagria acelera la cicatrización de heridas producidas por instrumentos cortantes, como cuchillos, tijeras o bisturí, y el dolor producido por las mismas. Arnica de manera sistemática.
  • Heridas punzantes: Hypericum si el dolor se irradia a lo largo del trayecto del nervio afectado; Ledum en heridas punzantes que no sangran; y Arnica.

Dolor reumático

Estudiaremos secuencialmente los medicamentos homeopáticos clave para el tratamiento del dolor de origen reumático en la columna vertebral, en la extremidad superior y en la extremidad inferior.

Columna Vertebral

  • Dolor cervical: Actaeara cemosa está indicada en el dolor con rigidez por contractura muscular, o si la cervicalgia es de origen postural o por artrosis; Rhus toxicodendron, si el dolor y la rigidez mejoran con el movimiento continuo; Bryonia si mejora con el reposo o si se acompaña de sensación de mareo; y Lachnanthes, en el tortícolis agudo.
  • Dolor dorsal: medicamentos muy importantes en esta indicación son Actaea racemosa y Rhus toxicodendron; además, pautamos Dulcamara cuando el dolor dorsal ha aparecido tras una exposición al frío húmedo. En dorsalgias de repetición o crónicas, son útiles Calcarea phosphorica y Silicea, indicados como medicamentos de tipo sensible (terreno).
  • Dolor lumbar: Arnica, si el dolor aparece tras un esfuerzo muscular excesivo o tras un traumatismo; Rhus toxicodendron, si el dolor mejora con el movimiento, y Bryonia, si el dolorse alivia con la inmovilidad absoluta. En caso de dolor lumbar debido a artrosis con osteofitos priorizamos sobre todo Calcarea fluorica.
  • Dolor sacroilíaco: Calcarea phosphorica presenta una acción específica sobre la articulación sacroilíaca; y Ammonium muriaticum es útil para el tratamiento de las ciáticas de origen sacroilíaco, cuando el dolor empeora sentado.
  • Dolor Coccígeo: Para el tratamiento de la coccigodinia, los tres medicamentos más importantes son Ruta, Hypericum y Ammoniummuriaticum.

Albina presenta desde hace 2 meses una sacroileítis izquierda muy dolorosa (7/10), irradiada a cara anterior del muslo hasta la rodilla izquierda; el dolor se agrava cuando se sienta y mejora con la deambulación, de pie y tumbada. No ha mejorado tras tratamiento con AINEs, Inzitan© (dexametasona, vit B1, vit B12 y lidocaína), ni tras la infiltración con corticoides, motivo por el que decide probar con la homeopatía. Ammonium muriaticum y Calcarea phosphorica mejoraron el dolor desde el principio del tratamiento, y a las tres semanas el dolor había desaparecido completamente a esta paciente, cuyo tipo sensible era Sepia, que evidentemente también tomó. Para que luego hablen de la “lentitud” del efecto de la homeopatía…

Miembro superior

  • Hombro doloroso:  Arnica, si el dolor aparece tras una caída o un esfuerzo físico violento; Rhus toxicodendron, si el dolor mejora con el movimiento continuo; Bryonia alba lo utilizamos si existe una marcada limitación de cualquier tipo de movimiento y hay mejoría con la inmovilidad absoluta; y Solanumm alacoxylon, cuando aparece calcificación tendinosa.
  • Dolor en codo: Ruta y Symphytum mejoran el dolor por epicondilitis (codo de tenista); Arnica se usa para el dolor en el codo cuando se origina tras un traumatismo o después de microtraumatismos de repetición; y Bryonia, para el dolor inflamatorio del codo si mejora con el reposo.
  • Dolor en muñeca y mano: Viola odorata, en el dolor de muñeca y metacarpianos; Acataeaspicata, para el dolor artrósico de muñecas; Hedeomapulegioides para el dolorartrósico de la articulación trapeciometacarpiana (rizartrosis); y Caulophyllum, en el dolor de las articulaciones interfalángicas, cuando cambia continuamente de sitio.

Bryan es un varón de 49 años, diagnosticado por su MAP, tras Rx, de tendinitiscalcificante del supraespinoso del hombro izquierdo (calcificación muy grande). Fue derivado al Hospital Clínico San Carlos para tratamiento rehabilitador, con mejoría parcial; como en el H. Clínico en 2013 no había servicio de litotricia, fue a su vez derivado al Hospital Gómez Ulla, que tardaría unos 6 meses en verle.Bryan decidió probar tratamiento homeopático. Le prescribí Solanummalacoxylon, Hekla lava y Calcareafluorica, mejorando progresivamente el dolor y la funcionalidad de la articulación del hombro. Antes de recibir el tratamiento con las ondas de choque, en el Hospital le hicieron otra radiografía y, ¡milagro!, la calcificación había desaparecido. 

Miembro inferior

  • Dolor en cadera: el dolor de cadera irradiado a la rodilla se trata con Kalium carbonicum cuando mejora con el movimiento y se agrava con la humedad, y con Radium bromatum si mejora con el movimiento, pero no le afecta la humedad; Calcarea fluorica tiene una indicación clave en la artrosis de cadera cuando aparecen osteofitos importantes y el dolor mejora con el movimiento continuo.
  • Dolor en rodilla: Apismellifica, Bryonia y Rhus toxicodendron pueden ser útiles en esta localización, junto a Kalium carbonicum y Radium bromatum.
  • Tobillo: en caso de fragilidad del tobillo por hiperlaxitud ligamentosa, aparece una tendencia a los esguinces y luxaciones de repetición, que pueden mejorar con Calcarea fluorica y Natrum carbonicum.
  • Talón: Hekla lava y Calcarea fluorica son útiles para el espolón calcáneo; Rhus toxicodendron es fundamental en la fascitis plantar; Hypericum trata el dolor del neuroma de Morton; y Actaeara cemosa se usa para el dolor inflamatorio del tendón de Aquiles.
  • Dedo gordo del pie: Ledumpalustre y Colchicumautumnale están indicados en la artritis gotosa aguda.

Neuralgias y Homeopatía

El tratamiento homeopático de las neuralgias será en general tanto más eficaz cuanto más próximo esté al factor etiológico implicado, siendo deseable siempre un comienzo precoz del mismo.

Son muy numerosas las causas de dolor neurálgico: la neuralgia del trigémino, las causas infecciosas (herpes zoster, VIH), la diabetes mellitus, los traumatismos, las radiculopatías, el dolor por miembro fantasma, los tóxicos, el alcoholismo, los tratamientos quimioterápicos, la radioterapia, el cáncer (compresión o infiltración tumoral), las neuralgias por atrapamiento nervioso, y un largo etcétera. Evidentemente, es fundamental determinar el origen de la neuralgia para, si es necesario, poder instaurar cuanto antes un tratamiento etiológico adaptado.

Vamos a abordar a continuación el estudio de los principales medicamentos del dolor neurálgico en las principales localizaciones (trigémino, cervicobraquialgia, intercostal, ciática y femorocutáneo), pero, independientemente de la localización, si encontramos los signos o síntomas característicos de un medicamento, lo utilizaremos pues será el que llevará a la curación. Además, es fundamental en las neuralgias crónicas el tratamiento concomitante con medicamentos de modo reaccional crónico, sobre todo psicótico (Thuya, Medorrhinum), y con medicamentos de tipo sensible.

Neuralgia del trigémino

La neuralgia facial que aparece tras un fuerte y repentino golpe de frío se trata con Aconitum napellus; el paciente suele estar ansioso y agitado. Otro gran medicamento indicado en la neuralgia del V par es Arsenicum album, que utilizamos si el dolor es ardiente y mejora con el calor local, encontrándose el paciente, como en Aconitum, con gran ansiedad y agitación. La característica que señala el uso de Cedron es la aparición diaria de la neuralgia a la misma hora. Otro gran medicamento es Chamomilla, que utilizamos cuando el dolor es tan intenso que origina un cambio del carácter del paciente, que se muestra sumamente colérico y agitado. Colocynthis se usa cuando los dolores se agravan con el frío y mejoran con el calor y la presión; además suele aparecer más frecuentemente en la hemicara izquierda. En Hypericum el dolor sigue el trayecto nervioso y se agrava con el contacto y las sacudidas, encontrándose también indicado si la neuralgia se presenta tras un traumatismo (golpe, puñetazo). Finalmente, usamos Magnesia phosphorica cuando existen las características descritas en Colocynthis, pero las neuralgias se localizan en el lado derecho.

Miguel, de 37 años, ha sido diagnosticado de neuralgia del trigémino y le han prescrito un tratamiento farmacológico que no tolera. Presenta un dolor intensísimo en la hemicara izquierda que se alivia con la presión y el calor local. Colocynthis solucionó eficazmente esta neuralgia facial.

Neuralgia Cervicobraquial

Aconitumn apellus, Arsenicum album, Cedron, Chamomilla, Magnesia phosphorica y Colocynthis pueden estar indicados en la neuralgia cervicobraquial a condición de que aparezcan los síntomas característicos ya descritos. Además, Bryonia alba es utilizado cuando el dolor neurálgico se agrava con el menor movimiento o sacudida; y Rhus toxicodendron se utiliza si el dolor se agrava con los primeros movimientos, para aliviarse con el movimiento continuo.

Neuralgia Intercostal

Arsenicum, Hypericum y Bryonia pueden estar también indicados en las neuralgias intercostales cuando aparecen sus síntomas. La localización intercostal es asimismo muy característica de Ranunculusbulbosus, medicamento a utilizar cuando aparece un dolor muy intenso, como en puñalada, que se agrava con el contacto y con el movimiento y mejora con el calor local.

Neuralgia Ciática

Pueden usarse Arsenicum (mejoría con calor), Bryonia (mejoría con reposo absoluto),Chamomilla (irritabilidad extrema por dolor), Hypericum (sigue el trayecto nervioso, postraumático) y Rhus toxicodendron (mejoría con el movimiento continuo).Ammonium muriaticum es útil para tratar la ciática cuando el dolor se agrava sentado, mejora de pie o con la deambulación y desaparece cuando se acuesta; Colocynthis se usa si el dolor mejora con el calor local y con la flexión del miembro doloroso; Dioscorea villosa, al contrario que Colocynthis, es usado en la ciatalgia que mejora con la extensión o hiperextensión del miembro afectado; Gnaphalium polycephalum está indicado cuando el paciente mejora estando sentado en una silla.

Neuralgia del Femorocutáneo

También llamada meralgia parestésica, este tipo de neuralgia se localiza en la cara externa del muslo. El medicamento fundamental para el tratamiento de esta neuralgia, como señalaba nuestro añorado Yves Saint-Jean, es Phytolac cadecandra, que presenta un dolor neurálgico que mejora con el reposo y con el calor, y se agrava con el movimiento y por la noche. Otro medicamento que puede ser útil es Gnaphalium, ya valorado en la ciática.

Clotilde es una mujer de 61 años que acude con dolor y parestesias en hemicabeza derecha, lengua y encía derecha, tras herpes zoster diagnosticado hace 2 meses. En tto con amitriptilina, analgésicos y antivirales (dos ciclos de siete días), con mejoría leve del dolor y presencia de las citadas parestesias. El dolor es ardiente y mejora claramente con los paños calientes en la cabeza y las bebidas calientes en la boca. El dolor y las parestesias cedieron paulatinamente hasta desaparecer totalmente a las 3 semanas de iniciado el tratamiento diario con Arsenicum album y Vaccinotoxinum (bioterápico especialmente indicado en el zoster).

Con esto, doy por concluida esta primera parte de “Homeopatía y dolor”, en la que he  abordado secuencialmente: algunas reflexiones iniciales sobre lo que representa el dolor para el ser humano y su significado teleológico; las diferencias entre el dolor agudo y el dolor crónico a nivel de pronóstico y tratamiento; las diferencias entre el enfoque clásico, más etiológico y sintomático, y el enfoque homeopático, etiológico y sintomático también pero con una visión más holística y globalizadora; la complementariedad entre ambas terapéuticas, clásica y homeopática; los conceptos del tipo sensible y del modo reaccional crónico, imprescindibles para comprender el tratamiento de fondo o de terreno del paciente; y posteriormente, he expuesto los medicamentos homeopáticos que en mi práctica me han dado más alegrías en el tratamiento del dolor traumático, reumático, neurálgico y en las cefaleas y migrañas.

Espero que os haya sido útil la lectura y reflexión de estos apasionantes temas. Quedan otras áreas diferentes donde la patología dolorosa puede también beneficiarse de la terapéutica homeopática, que espero desarrollar y presentar en unos pocos meses. Saludos, y hasta pronto.

Francisco J. Morcillo

  • Especialista Universitario en Homeopatía por la Universidad de Valladolid
  • Diplomado en Terapéutica Homeopática por el CEDH
  • Profesor del CEDH desde 1997

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